25/05/2023
– Hace 10 mins
El 23 de julio de 2022 fue una de las fechas más tristes en la vida de Eugenia. Mientras la joven estaba trabajando uno de sus mejores amigos, su perro Cash, cavó un pozo en el jardín de su casa y se marchó.
“Fue como si se lo hubiera tragado la tierra”, detalló durante una entrevista
Agregó que tras su partida pegaron carteles por todos los barrios cercanos a la zona, y avisaron a los guardias de los barrios privados, quienes recorrieron todas las zonas para dar con su paradero.
“Empezamos pegando carteles por todos los barrios cercanos, avisando a las guardias de los barrios privados, recorrimos todas las veterinarias porque él tiene un tatuaje por el pedigree y entonces pensamos que quizás alguien podría encontrarlo y llevarlo a la veterinaria”, relató.
También recorrieron refugios y crearon una página en Facebook para recolectar información de cualquier persona que tuviera datos sobre su paradero. Ofrecieron recompensas y difundieron sus teléfonos.
Pasaron 10 meses y Eugenia empezó a perder las esperanzas. Después de que le surgiera una oportunidad laboral en el extranjero y se mudara a España tuvo que suspender la búsqueda.
Pero cuando todo parecía perdido ocurrió lo impensado: Cash volvió solo a su hogar. “Apareció en la puerta de mi casa. Mi mamá había llegado del trabajo y ve a un perro pastor alemán en la esquina y frena el auto, se miran los dos”, dijo su dueña.
Y agregó: “Él fue corriendo hasta la puerta y se le trepó arriba del auto, mi mamá estaba impactada. Arrancó, hizo media cuadra, llegó al portón y el perro la siguió, esperó y entró”.
A más de 10 mil kilómetros de distancia Eugenia recibió las buenas noticias y muchas fotos de su compañero.
Te puede gustar leer: