Cuando hablamos de videojuegos hay demasiados términos técnicos a tomar en cuenta. Para ser un hobbie orientado en la diversión, en ocasiones puede volverse algo obtuso de entender. Si nos vamos al lado más exquisito de los gamers, el rendimiento es siempre tema de discusión.
El rendimiento en un juego se refiere a qué tan buen desempeño tiene en un hardware y configuraciones específicas. Este es uno de los puntos de debate más frecuentes, especialmente en los últimos días, especialmente en el tema de los FPS, pero ¿qué son?
El término FPS viene del inglés Frames per Second, traducido al español como cuadros por segundo. Esto se refiere a la cantidad de fotogramas reproducido en un segundo dentro de un videojuego. A más FPS, más fluidez hay en las imágenes, lo que equivale a un mejor aspecto visual y tiempos de reacción más precisos.
Tradicionalmente, las consolas han funcionado a 30 FPS, una cantidad que se considera lo mínimo para una buena relación de movimiento y calidad. Sin embargo, en años reciente y con el avance tecnológico, la meta a alcanzar es una frecuencia de 60 cuadros por segundo.
De acuerdo con muchos jugadores, 60 cuadros parece ser el estándar actual de la industria, una que ya busca apuntar hacia los 120 en un futuro no muy lejano.
En los videojuegos, los FPS se ven afectados por varios aspectos técnicos de hardware y software. En muchas ocasiones, más FPS corresponden a una menor calidad gráfica en el juego. Por este motivo, muchos juegos competitivos poseen un apartado gráfico que puede reducirse al mínimo. Mientras tanto, apuestas triple A pueden apostar por gráficos más deslumbrantes, aunque esto les cueste un rendimiento más bajo.
En todo caso, la cantidad de cuadros por segundo también está ligada a la optimización de los juegos, es decir, que tan bien corran en ciertos dispositivos u otros. Se trata de un tema técnico bastante complejo, pero que no termina de levantar polémica.
Solo esta semana, el tema ha regresado a la palestra por el lanzamiento de A Plague Tale: Requiem, uno de los juegos más pesados de la actual generación que ha puesto a sudar al mejor hardware y a las consolas más poderosas.
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